Muchas personas buscan información u orientación sobre asuntos legales con personas que no son abogados. Esto ocurre con mucha frecuencia en el tema de bancarrota. Por eso para un abogado no es sorprendente la cantidad de falacias que la gente piensa sobre la bancarrota, pues las fuentes de información no son las más confiables ni las autorizadas en ley a ofrecer orientación.

Con la intención de ofrecer información al público en general enumeramos algunos de los mitos sobre la bancarrota:

Mito: La bancarrota representa un fracaso, y la utiliza solamente la gente irresponsable.

REALIDAD: Hacen décadas, el mismo mito rodeaba la figura del divorcio. Afortunadamente, ya sabemos que el divorcio no representa un fracaso ni es utilizado solamente por parejas irresponsables. Con la bancarrota ocurre lo mismo. La bancarrota es un NUEVO COMIENZO que ayuda a personas BUENAS a salir de MALAS situaciones. La bancarrota NO ES un reflejo de tu personalidad, sino mas bien una alternativa disponible en ley que permite a personas, familias y hasta negocios tener un nuevo comienzo financiero.

Mito: No te vayas a la bancarrota porque te afectará el crédito.

REALIDAD: Generalmente, la persona que es candidato para radicar una bancarrota ya tiene su crédito negativamente afectado. Ya sea porque la persona está atrasado en los pagos de sus préstamos, o porque tiene cuentas tiradas a pérdida por un acreedor, o porque la relación ingreso/deuda (income/debt ratio) es sumamente alta, la puntuación del crédito debe ser sumamente baja. En ese caso, la radicación de una bancarrota no afectará significativamente una situación ya negativa. De hecho, irse a la bancarrota usualmente contribuye a mejorar el crédito de una persona que tiene deudas atrasadas o tiradas a pérdida por los acreedores ya que una bancarrota libera a la persona del pago de las deudas (discharge). Por tanto, la persona aparece con un ingreso disponible más alto que antes de irse a la bancarrota.

Mito: Si te vas a la bancarrota nunca podrás obtener un préstamo.

REALIDAD: No es raro que meses después de haberse cerrado el caso de bancarrota una persona empiece a recibir ofertas de financiamiento de autos, y hasta de tarjetas de crédito nuevamente. Y es lógico que esto ocurra por dos razones: Uno, la persona post-bancarrota tiene automáticamente más ingreso disponible para tomar prestado, pues tiene ahora menos deudas. Dos, muchos acreedores saben que el acceso crédito es una necesidad financiera y que la persona post-bancarrota tiende a ser más responsable en el pago de sus obligaciones. Por tanto, la persona post-bancarrota hace lo posible por cumplir con sus pagos para no volver a caer en la situación financiera pre-bancarrota.

Mito: Es necesario tener un “mínimo” de deudas para irse a la bancarrota.

REALIDAD: No hay ningún mínimo de deuda para irse a la bancarrota. De hecho, hay deudas que pueden ser pequeñas que si no se atienden en su día pueden convertirse en tsunamis financieros. Ese es el caso con las llamadas cuentas tiradas a pérdida. Usted tuvo problemas económicos y no pagó una tarjeta de crédito con un balance de $3,000.00. El banco tiró a pérdida el balance acumulado en la tarjeta de crédito y 4, 5, 10 años después (y hasta 15 años en el caso de Puerto Rico), aparece una compañía que le compró al banco la cuenta tirada a pérdida cobrándole a usted no los $3,000.00, sino $12,500 incluyendo intereses vencidos y cargos por mora.

Mito: Para irse a la bancarrota es necesario estar atrasado en los pagos.

REALIDAD: La bancarrota es una herramienta que puede utilizarse con antelación a que se agrave su situación financiera. Por ejemplo, si usted lleva mucho tiempo haciendo pagos mínimos a su tarjeta de crédito, es muy probable que ya usted esté en una situación financiera bien difícil de la cual será sumamente difícil salir. Usted está en lo que se llama una “trampa crediticia” donde es virtualmente imposible recuperarse. Peor aún, durante ese tiempo donde usted está atrapado en una “trampa crediticia” usted ha estado utilizando sus escasos ingresos para pagar lo que eventualmente será impagable. Para evitar esa triste situación, puede hacer sentido irse a la bancarrota sin necesariamente estar atrasado en los pagos de sus deudas.

 

Fuente: Corderolaw

 

Recommended Posts

No comment yet, add your voice below!


Add a Comment

Your email address will not be published.